IreneEn este último mes quiero ir muy rápido. Bueno, siendo honesta, siempre he ido muy rápida. Mi cabeza bulle con ideas, escenarios potenciales y posibilidades de todos los colores, huele nuevos paisajes en cada camino que pisa. ¡Esto es genial! Una bendición creativa que me conecta con la fuente. Y, a veces, un suplicio que me hace muy difícil descansar, desconectar, dejar de hacer, sentir y disfrutar.
A veces me ocurre, me adentro en la vorágine del hacer desmesurado, de seguir de forma compulsiva cada idea que aparece. Las agarro, como frutos maduros, e intento comerme todos rápido y sin saborearlos, para que no caiga ninguno al suelo ¡y que me quede sin ellos! Esto me enferma, mi cuerpo corre a un ritmo extenuante, mi corazón late demasiado rápido y no le da tiempo a procesar e integrar todas las emociones que genera, recibe y envía.
Y en este último mes (finales de septiembre-comienzos de octubre) he estado corriendo, sin parar. Para huir del dolor, de la pérdida, de los cambios de este último año. Me he sumergido en proyectos que me apasionan, ¡en todos a la vez! Y sin descanso, sin respiro, mi cuerpo ha pedido una pausa de forma alta y clara. Una semana en cama muy malica, luego una faringitis, y después un resfriado.
De esto llevo aprendiendo desde que recuerdo. De ir muy rápido, seguir el tren de alta velocidad que es mi cabeza a todo correr y llegar al extremo de que mi cuerpo diga: ¡Basta! Cada vez son más espaciados los golpes. Voy aprendiendo a ir más despacio, a aquietar mi mente y ayudarla a que se acompase a los latidos de mi corazón y los pasos de mis pies. Y en esto, la danza y la práctica de 5Ritmos son mi guía, mi gran herramienta, mi más fiel aliado. Esta es la forma que he encontrado para seducirme de vuelta, a mi ritmo orgánico. A un lugar donde sé seguirme sin prisa, sin juicio, sin presión. Sin una meta a la que llegar, sin la perfección para alcanzar. Un espacio libre y seguro. Una coreografía propia en la que puedo rendirme a la estructura de la Ola, que me sostiene y sobre la que dibujo e improviso cada paso.
